Una parte importante de la comunidad marplatense ha llegado a afirmar que "el trabajo es para la gente de la ciudad". A caballo de esta afirmación, se hacen controles para buscar que no vengan argentinos no marplatenses a trabajar para empresas de la ciudad. Así como se lee.

Durante las primeras horas del sábado la CNRT con asistencia de fuerzas de seguridad y de la Municipalidad, impidió el acceso de un colectivo que venía de Corrientes, con personas que iban a trabajar en la pesca. Se iban a embarcar. La comunicación que fluye desde sectores oficiales es "correntinos que venían a trabajar a la ciudad". La pregunta de rigor es ¿Y, cuál es el problema?

Se corre el riesgo de intensificar una falsa antinomia entre “los de acá y los de allá”. Una grieta que no debiera existir entre argentinos, ya que todos somos de un mismo acá: la República Argentina. Y esto corre tanto cuando la ciudad recibe el dinero que traen los otros que no son de acá pero vienen en plan de turismo, cuando los que no son de acá pueden venir a trabajar para obtener sus recursos.

Volviendo a la cuestión particular de la pesca, es una costumbre de años que se emplea a personal de las provincias del litoral para subir en barcos factoría, de esos que están más de 50 días en el medio del mar. Pasa en Mar del Plata y en las provincias patagónicas. La razón es que esa gente quiere subir a hacer el trabajo.

Que el trabajo en Mar del Plata es para los marplatenses. Falacia absoluta y peligrosa.

Quienes somos de la ciudad sabemos que a los marineros marplatenses no les conviene el régimen de trabajo de los factorías. Si bien el sueldo es mayor en uno de esos buques, la respuesta que te da cualquier marinero local es "yo por el tiempo que estás en un factoría me hago tres viajes en un fresquero y ganó más guita que ellos" (sic).

La ignorancia del común de la gente –toda en general- lleva a decir y hacer correr rumores infundados como "que pagan menos a los del interior" cosa que es falsa porque los gremios están encima para hacer cumplir el convenio; que "por qué no le dan trabajo a los de la ciudad" en parte explicado más arriba pero, además, porque no cualquier persona puede embarcar sin conocimiento de la actividad ni del arte de pesca.

Pero lo más preocupante es que se genere un sentimiento separatista, donde el fundamento es que lo nuestro es nuestro y nada más que nuestro. Que el trabajo en Mar del Plata es para los marplatenses. Falacia absoluta y peligrosa.

La Argentina es una nación que consagra en su Constitución Nacional -que ayer cumplió 167 años- cosas de avanzada para aquella época y vigentes en la actualidad:

1-      la supresión de aduanas interiores

2-      la bienvenida a todos los ciudadanos del mundo dispuestos a poblar nuestra abundante geografía y trabajarla.

¿Con que argumentos le pueden decir a un balcarceño, un porteño o un misionero que a Mar del Plata no pueden venir a trabajar? Porque si el tema en cuestión es la pandemia, la respuesta debe ser otra, y no que el trabajo es para los de la ciudad. La respuesta adecuada, a las empresas contratistas –ni siquiera a los trabajadores contratados- debiera ser que una vez recibido el personal en la ciudad debe realizar los mismos procesos de cuarentena que todo aquel que llega desde otra parte, antes de poder incorporarse a la actividad para la que fue contratada.

Cómo sociedad, la marplatense no puede darse ese lujo de desdeñar a otros argentinos. Porque esta ciudad depende de manera concreta del fruto del trabajo de millones de argentinos que, a lo largo del año, visitan las costas y disfrutan de los atractivos locales y los servicios, dejando dinero ganado en otras partes del país. ¿Qué pasaría si, así como el trabajo local es para los locales, el dinero de los correntinos es para los correntinos, el de los porteños para los porteños, el de los balcarceños para los balcarceños…?

Algo para analizar.

Matías Frati
Periodista Especializado en Economía
Director de EL GUARDIAN MDP
Email: redaccion@elguardianmdp.com