En lo que va del segundo trimestre del año se habló mucho de las chances de la ciencia para enfrentar al sars-cov-II pero en casi todas las conversaciones se llegó a la conclusión de que no estaban las condiciones para vencerlo. Sin una vacuna que prevenga el contagio y con varios remedios usados sin resultados alentadores, el 2020 va corriendo detrás del más primitivo eslabón de la cadena zoológica. Y bastante más atrás.

Pero en las últimas horas se abrió una luz de esperanza. Desde Inglaterra, los científicos destacan que el uso de una droga ya conocida por el mundo farmacéutico como la dexametasona podría aventar un poco a la ciencia en esta carrera contra el coronavirus.

La dexametasona ha reducido la mortalidad en un tercio cuando se lo aplicó en enfermos graves

Si bien la información que se recibe todavía es escasa para tomar posturas o sacar conclusiones, genera expectativa positiva en los círculos médicos de Europa. Y los datos llegan ya hasta nuestro país. En concreto, lo que se tiene es que un medicamento de unos 50 dólares, relativamente barato en la balanza de "la vida o la muerte", ha reducido la mortalidad en un tercio cuando se lo aplicó en enfermos graves.

El punto es que la aplicación de este remedio llegue a ser considerada "segura" por las entidades académicas u organizaciones médicas, y que luego se pueda autorizar su uso para la lucha contra el virus.

Mientras todo esto llega desde el viejo continente, desde oriente -un poco más lejano para nosotros en Argentina- también aparece otra noticia que contrasta con la anterior. Tiene que ver con el alerta en el que ingresó el gobierno chino tras el rebrote de la enfermedad en Pekín.

Y esta sí que es una mala noticia: confirma que el sars-cov-II no se aplaca de manera natural como fue el caso del sars, que de un momento para el otro desapareció. Y eso obliga a los estados y a la comunidad científica mundial a trabajar más fuertemente en la búsqueda de una vacuna contra el virus. Porque si ese hallazgo no aparece, pues la humanidad deberá acostumbrarse ciertamente a una nueva forma de desarrollo de las actividades económicas y sociales, en un mundo menos humanizado y zoologizado, en todos los sentidos.

Por Matías Frati (@matiasfrati)
Director de El Guardián MDP
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