Iniciar es entender que vamos a atravesar muchas situaciones que están fuera de control porque no siempre somos los pilotos de nuestros comienzos. Muchas veces nos entregamos a un viaje compartido y donde depositamos confianza en quienes nos acompañan y decidimos hacerlo porque es una experiencia que elegimos encarar juntos y arriesgarnos.

Todos los comienzos son una hoja en blanco y está en nosotros escribir la mejor historia posible. Son una especie de viaje iniciático que nos pondrán ante situaciones a veces hostiles, difíciles o adversas y hasta movilizantes, incluso aunque no seamos concientes en ese momento de lo que se está abriendo delante de nosotros.

Precisamente se dice que algunos inicios y situaciones cambian y forjan el carácter y espíritu de una persona. Son esos inicios que pueden marcarnos de por vida y de alguna manera impactan por dentro, por fuera y como viviremos algunas situaciones posteriores. Reflexionemos en nuestra propia vida. Cuántos comienzos y primeras veces hemos vivido, y de qué manera?  Si tomamos cada día como un inicio y una nueva oportunidad de mejorarnos nos daremos cuenta que la vida nos regala permanentemente hojas en blanco.

Elegimos siempre pero hay cuestiones que no conocemos y seguramente impactan en ese proceso y despierten emociones hasta ese momento desconocidas que no sabemos cómo canalizar. Muchas veces para no tener que enfrentarnos a eso hay quienes prefieren no exponerse a nada nuevo, desconocido, que esté fuera del supuesto control y de la caja en la que nos sentimos cómodos y contenidos que nos da cierta ficticia tranquilidad.

El miedo es la principal excusa para no vivir plenamente.

No se trata de juzgar al otro o pensar que todos somos iguales y vamos a actuar o buscar lo mismo. Es importante entender que algunas personas tienen más propensión a repetir y ampararse en aquello que ya conocen y los inicios más que comienzos son repeticiones eternas de lo que alguna vez fue tuvo el sabor de una aventura a lo desconocido. Lo que cabría preguntarse en estos casos es por qué uno puede llegar a boicotearse y no exponerse a crecer, expandirse y aprender de lo nuevo, aun con el riesgo que lógicamente tiene. Creo que la clave está ahí. El miedo es la principal excusa para no vivir plenamente. Porque empezar es abrir y abrir es brotar, crecer, dar y generar en uno y en los demás lo mejor que cada uno tiene. Todo se trata de eso. Yo empiezo, tu empiezas, nosotros empezamos. Siempre se trata de nosotros y no de uno. Solos no logramos nada. La vida siempre es un nosotros. De la manera y forma que sea pero siempre un nosotros.

Y también los finales hablan de cada uno y de nosotros. Porque sabemos que todo lo que empieza se termina. Si no somos concientes de eso la vida nos lo va a recordar todo el tiempo. Sepamos que los cierres y finales podemos elegir vivirlos de manera más o menos traumática, dolorosa o serena y alegre. Eso sí, no hay garantía que la intensidad y emociones que nos inundaron al comienzo se repitan. Porque a veces eso que elegimos empezar convencidos de que era la mejor alternativa, respondía a nuestros deseos más profundos ya no responde a eso y en algún momento termina siendo algo tan pesado que corremos el riesgo de que nos aplaste. Y para eso ya tenemos los finales que no podremos modificar y que afectan a todos por igual. Ahí no vale querer o no querer sino solo aceptar.  Será un nuevo comienzo. Y van…