Posiblemente, un porcentaje elevado no pueda volver a levantar sus cortinas y será el momento de analizar, si fueron buenas las medidas que se tomaron para enfrentar la pandemia. 

En el análisis de escenarios posibles, se contempló privilegiar la salud a la economía. Se supone que un equipo de expertos iba analizando los casos que ocurrían para definir las medidas a adoptar. En ese proceso se tuvo en cuenta el análisis necesario para definir el punto de inflexión de la crisis, donde la potencia de la cuarentena protegiendo la vida comienza a perder fuerzas en detrimento de la salud originada por la situación económica. Podríamos inferir que nos enferma el virus o nos enferma la economía. 

Evidentemente, sin disponer de toda la información que nos permita decidir en tiempo real, se puede apreciar que estamos muy cerca de ese punto de inflexión, también llamado punto culminante por un famoso historiador prusiano llamado Carl Von Clausewitz.

Estos tiempos de crisis serán superados, como se han superado otros, también difíciles, a través de la historia de la humanidad, pero nos tendrían que dejar enseñanzas, para que los dirigentes o funcionarios de turno puedan llevar el barco a buen puerto, sin demasiadas pérdidas.

El manejo de las crisis es un tema que se estudia, no es lo ideal aprender en el camino. Debemos formar a nuestros líderes, políticos, sindicales, gremiales, empresariales en el arte de la conducción en tiempos difíciles. La decisión debe ser tomada por una sola persona, que es la máxima autoridad en el nivel organizacional que se maneje, convenientemente asesorada por su equipo de trabajo.

Las Pymes deberán reinventarse, aplicar al máximo la imaginación para crear situaciones nuevas donde puedan desarrollarse, no alcanzarán los convenios, protocolos, acuerdos que las organizaciones gremiales y empresariales realicen, deberán desarrollar sus propios protocolos internos, como también quien los representen deberán llevar a cabo  la prospectiva que es la ciencia que estudia las causas técnicas, científicas, sociales y económicas que aceleran la evolución del mundo  y prever las situaciones que pueden derivarse de las influencias conjugadas.

El “Sr. Covid-19”nos enseña que cualquiera sea la organización en la que nos desempeñemos público o privada, los líderes deben anticiparse a los escenarios que se puedan desarrollar en el futuro.

Lamentablemente, muchos líderes actuales están preocupados por lo cotidiano, son cortoplacistas, y no aprecian la necesidad estratégica de planificar el futuro. Las Pymes, necesitan saber que existen órganos de planeamiento que van llevando el día a día de la crisis, y otros que van viendo el después. Todos tenemos que ir pensando que haremos mañana, pero no contarlo hay que escribirlo, bajo supuestos o suposiciones que sean los condicionantes de los hechos del planeamiento, al punto tal que si por alguna razón el plan A no funciona debido a que un supuesto se cayó pasar de inmediato al plan B. Esperemos ver muy pronto el resultado del trabajo de los responsables de las organizaciones, pensando el futuro y trabajando en equipo. Sería muy triste darnos cuenta mañana que seguimos serruchando el aserrín bajo la mentalidad del corto plazo.

Columnista Invitado -  Mg. Alejandro Lamacchia