¿Para qué cumplir los sueños? Dentro de las necesidades humanas, la de autorrealización es una realidad, y por otro lado, cuando se pone el foco en obtener tus propios logros, se es consciente que se quiere vivir en la realidad que uno mismo está construyendo.

Muchas personas se pasan la vida trabajando para los sueños de otros, haciendo lo que otros desean, y al no llegar nunca a tener autorrealización, viven en mediocridad, o en frustración. Éstas suelen ser personas que se deprimen los domingos y se alegran los viernes. Si no levantás tu voz, otros lo van a hacer en tu lugar, si no estás viviendo para tus objetivos, seguramente estés viviendo los de otros.

Además, cuando se sueña y se trabaja para lograr esos sueños se puede llegar alto, construyendo una vida mejor para la propia persona. Al alcanzar los propios logros, por pequeños que sean, se crea una cadena de autoconfianza que ayudará a seguir creciendo.

¿Dónde se ubica la motivación?

Hay, en general, dos tipos de motivación:

La motivación intrínseca, vinculada a componentes internos de la persona que la experimenta, que le gusta lo que hace más allá de los beneficios que le brinda.

Y la motivación extrínseca, que se vincula a componentes externos, es decir, que lo que le interesa no es tanto lo que hace, sino los beneficios que obtiene por medio de lo que hace.

Cuando la motivación es externa, suele ser de menor duración y es más difícil sostenerla; cuanto más interna esté la motivación y más vinculada con la autorrealización, más fuerte será y más fácilmente se va a sostener en el tiempo.

Punto de partida

El primer paso para tomar la decisión de cumplir un sueño es, esencialmente, soñarlo.

Tener en mente un sueño que se desee concretar, puede ser algo que se ambicione, algo que se desee optimizar, alguna relación que se quiera mejorar; y luego tomarse un tiempo personal para hacerse una imagen mental de cómo sería tu vida con este sueño cumplido.

¿Cómo va a ser la vida si este sueño que quiere concretar estuviera concretado?

Imaginarlo, crear una escena en la mente para poder verlo. Tomar una foto mental de esa escena, percibirla con todos los sentidos. Vivir por un momento ese sueño como si fuera una realidad. Sumergirse en ese sueño.

Estado deseado y estado actual

Ese sueño que acabás de abrazar, de sentir, de oír, es el “estado deseado”. Es la ambición, la meta, el objetivo al que es la aspiración quiere llegar.

Puede ser algo que desees que mejore en la vida, una decisión para mejorar el potencial, puede ser parte de una medida para hacer un cambio de algo que está funcionando mal. Ese estado deseado puede ser la necesidad de solución de un problema, de algún tipo de conflicto, ya sea externo o interno.

El “estado actual” es lo que hoy se tiene, los recursos, el lugar donde uno está parado. Es muy importante tener en claro cuál es el estado actual. Si no se está firme y se tiene claro dónde estás parado, ¿cómo va a comenzar a caminar?, ¿cómo va a saber qué dirección tomar?

Ejercicio

Tomar un cuaderno, dividir con una línea vertical la primera hoja de ese cuaderno en dos.

En el lado izquierdo de la hoja escribir como título “estado actual”, y debajo del título describir lo más detalladamente posible, en qué condiciones se está, con qué recursos se cuenta para llegar a ese objetivo, para que se quiere salir de ese estado.

En el lado derecho escribir “estado deseado” y dividirlo en por lo menos tres “sub-estados deseados”, que sean cuantificables, concretos, medibles.

Es muy importante que el estado deseado no esté descripto en términos difusos como, “ser feliz”, o “tener éxito”, sino ser más específico de lo que se quiere conseguir en un futuro.

Es imprescindible también ser claro el plazo de tiempo en el que se desea llegar a ese sueño cumplido.

Información

Es tiempo de comenzar a buscar toda la información necesaria para el trayecto: por ejemplo cómo hicieron otras personas que lograron objetivos semejantes, que personas de la red de contactos están relacionados con ese objetivo o solicitar su ayuda.

Es bueno tener información clara sobre qué tiempo es necesario invertir para llegar al objetivo en el plazo indicado.

Muchas veces ser creativos tiene que ver con aprender a buscar la información necesaria. Para eso nuestro idioma tiene seis preguntas que te van a ayudar a ser efectivo cuando llegue el tiempo de buscar información: ¿qué? ¿Cómo? ¿Cuándo? ¿Dónde? ¿Por qué? ¿Para qué?

Con respecto a la información hay un dato importante: es bueno a la hora de decidir tener muchas opciones.

Otra buena manera de buscar información es buscar el desacuerdo: encontrar a alguien de confianza que boicotee el plan. Alguien a quien se le pueda contar lo que se desea y que diga por qué no se va a poder llevar a cabo.

Tenemos la tendencia a escapar y no escuchar a quienes nos critican o nos dicen que las cosas no van a salir bien. Será bueno escuchar para poder observar y tomar información que no hayamos tenido en cuenta.

Columnista Intivado - Flavio Calvo (MN: 66869)
Lic. en Psicología, docente, tallerista y autor
www.flaviocalvo.com
Extracto de su libro “Mejores decisiones, cómo hacer realidad tus sueños”