Una acidosis metabólica se produce cuando el pH de la sangre se ha disminuido y, por lo tanto, es un cuadro grave y agudo. Cuando el pH empieza a bajar, el cuerpo comienza a hiperventilar. Y esto lo hace porque así reduce su carga ácida. Es uno de los signos iniciales, que muestra que el cuerpo está comenzando a acidificarse.

Podemos decir que esta acidosis es un estado patológico al cual se llega, por ejemplo, cuando hay un proceso de deshidratación. Cuando la glucosa no puede entrar a las células, se acumula en la sangre, y entonces las células sufren de inanición y producen ácido láctico. La glucosa acumulada en la sangre arrastra el agua y origina una gran deshidratación.

En la inanición o desnutrición extrema también se produce una acidosis metabólica, que comienza por la degradación de la grasa y la acumulación de los cuerpos cetónicos. De allí nace la palabra cetoacidosis.  La acumulación de cuerpos cetónicos también aparecen en la orina.

Otra de las razones por las que se puede llegar a la acidosis metabólica es el mal funcionamiento de los riñones por diferentes causas. Cuando los riñones dejan de trabajar adecuadamente, no pueden filtrar las moléculas que generan acidosis y esto hace que se acumulen.

Por otro lado, también se puede generar por las pérdidas de bicarbonato que el cuerpo tiene para compensar la acidosis. Esto ocurre cuando hay una diarrea profusa, como sucede en el caso del cólera, y en asociación con la deshidratación.  

Otra procedencia de acidosis metabólica es la intoxicación por sustancias como los salicilatos o el metanol que, por exceso de ácidos, sobrepasan la capacidad de compensación del bicarbonato del cuerpo.

Los síntomas de la acidosis metabólica

 * En las uñas y el cabello: uñas quebradizas, el cabello pierde su brillo.

 * En los músculos: calambres y espasmos en las piernas, dolor en los músculos de la nuca y la espalda.

 * En el sistema óseo y articular: desmineralización y descalcificación del esqueleto, microfracturas vertebrales.

 * En el sistema circulatorio: hipertensión, mala circulación, anemia, hemorragias, taquicardia, formación de várices.

 * En las glándulas endócrinas: agotamiento e hipofunción de las glándulas en general.

 * En el aparato genital: tendencia a las infecciones.

 * En el sistema nervioso: irritabilidad, tristeza, cefaleas, cansancio, disminución de temperatura corporal, sensibilidad aumentada al dolor en general, neuralgia, neuritis e insomnio.

 * En el aparato digestivo: sequedad de la boca, inflamación de encías, boqueras por tendencia a las infecciones, acidez y dolores estomacales, tendencia diarreica.

 * En los riñones y la vejiga: orina ácida, irritación y ardor vesical y uretral, y cálculos.

 * En las vías respiratorias: rinitis alérgica, sensibilidad al frío, anginas, sinusitis, laringitis, rinitis y cornetes.

 * En la piel: sudor ácido, piel seca o enrojecida, irritación en las regiones de sudoración, fisuras y grietas entre los dedos.

Una de las complicaciones de la acidosis metabólica son los cálculos renales, por el desequilibrio de minerales que se encuentran en la orina y que pueden precipitar. A su vez, otra dificultad que acarrea es tener la piel seca por deshidratación. Por otra parte, en todos los casos de acidosis nuestro cuerpo intenta compensarla sacando calcio desde los huesos. Esto es asintomático pero, en forma crónica, genera osteoporosis.

También se registra una tendencia a la aparición de calambres musculares. Cuando se desnivela el pH de la sangre cambian muchos minerales como el magnesio, el calcio, el sodio y el potasio. Esto es lo que ocasiona calambres musculares en miembros inferiores y superiores.

Obesidad y acidosis

Cuando el hombre de las cavernas no tenía cereales como trigo, maíz, arroz, ni soja y no existía la agricultura, su cuerpo degradaba la grasa como fuente de energía, y aumentaban  los cuerpos cetónicos, pero de una manera totalmente fisiológica y equilibrada. De tal modo que en la sangre no había acidosis porque el cuerpo, a cada momento, regulaba este proceso por medio del bicarbonato que saca de su interior y equilibra el pH de la sangre a 7,4.

Sabemos que la obesidad es una enfermedad crónica, en la cual la sangre mantiene su equilibrio y un pH estable de 7,4.Lo que puede ocurrir en la obesidad es que a nivel intercelular puede haber un pH ácido, no óptimo para las células. La obesidad es un proceso inflamatorio crónico que abarca muchos tejidos, especialmente la grasa, el hígado y se extiende a todo el cuerpo, incluido el cerebro. Por esta razón, es que hay una acidosis intersticial. Esta solo se diagnostica por el pH de la saliva y de la orina.

Diabetes y acidosis

Cuando el diabético es insulino-dependiente y, por diferentes razones, no se ha aplicado la insulina o ha comido demasiado y la insulina no ha alcanzado, aparece la acidosis metabólica con rapidez. Sus principales síntomas son la pérdida de peso, la confusión mental, las náuseas y la sed.

La acidosis diabética, también conocida como cetoacidosis diabética, es un típico efecto secundario de la diabetes. Se produce por la acumulación de cetonas en el cuerpo, y esto provoca un incremento de la acidez en la sangre. Lo más importante es que sea atendida, diagnosticada y tratada con urgencia, porque puede llegar a causar la muerte de la persona que la padezca. 

Dra. María Alejandra Rodríguez Zía – MN 70.787
Médica Clínica UBA / Endocrinología UBA
https://www.instagram.com/medicinaorthomolecular/?hl=es-la