La eliminación de los equipos argentinos de la Copa Libertadores de América, en semifinales, saca al fútbol de nuestro país de la instancia decisiva de la competencia, luego de la gloriosa edición de 2018 en la que River Plate y Boca Juniors protagonizaron en Madrid la definición más rutilante de la historia.

Ayer, el xeneize se fue humillado de las semifinales. Eliminado por el Santos, no solo quedó afuera de la disputa al perder 3 a 0 sino que también dejó una imagen deslucida, donde no mostró nada de juego y algunos de sus jugadores acudieron al uso excesivo de la fuerza y la mala fe para ocultar las limitaciones.

Distinta fue la situación de River Plate, el martes, cuando ganó 2 a 0 frente al Palmeires, le convirtió un tercer gol que fue anulado de manera muy controversial y a instancias del VAR y hubo dos penales -uno a punto de ser pateado- que fueron dados de baja por los árbitros del sistema de televisión.

River dominó de punta a punta el partido, jugó para la "épica" que le pedía el entrenador Marcelo Gallardo a sus jugadores, pero las circunstancias del arbitraje y las demoras en el ritmo de juego conspiraron contra el desarrollo normal del partido.

La final va a tener a Palmeiras y Santos en el Maracaná. Quién sabe si es justa, lo que está claro es que se trata de la final que habrá. Lo demás queda para el análisis apasionado y el post partido que permite el fútbol.