A veces ser el mejor del mundo no te da la "chapa" de intocable. Le pasó a Novak Djokovic en el partido del US Open donde fue descalificado, tras agresión contra una jueza de línea.

Resulta que las malas prácticas hacen estragos en la cabeza de algunos. Hace unos meses, en plena pandemia, el tenista serbio fue epicentro de todas las miradas cuando organizó un circuito privado de exhibiciones en diferentes ciudades europeas, con público. Y eso hizo que muchos aficionados y tenistas se contagiaran de coronavirus.

Esta vez la inconducta lo puso en el centro de las miradas, otra vez. Fue cuando al terminar el undécimo game de su partido contra el español Pablo Carreño Busta, el actual número 1 del ranking tomó la pelota y la lanzo con un golpe de drive que impactó en el cuello de la asistente, que estaba en su puesto.

Cómo era de esperar, y luego de haber sido asistida, Djokovic se disculpó con la oficial de cancha pero su disculpa no alcanzó para trasgredir el reglamento. Y terminó descalificado del torneo de manera inmediata, con el partido concluido a favor del español.

Novak va a tener que moderar su carácter. Incluso si lo que busca es ser simpático con el público esta no es la manera de lograrlo. En el tenis, por lo menos, la admiración se obtiene dentro de la cancha y con mucho juego. Algo que a él le sobra. Y cuando alcance la moderación será el jugador más completo del planeta.