Desde el 31 de julio hasta e 12 de octubre la NBA se concentrará en un campus que les permitirá vivir en su particular burbuja para protegerse de posibles contagios del coronavirus: no habrá contacto con el exterior, pero sí una rutina de testeos diarios y estrictos protocolos para aislar inesperados positivos sin que se detenga el torneo.

No resultó extraño que las máximas autoridades de la NBA hayan elegido a Walt Disney World sobre otras opciones como Las Vegas y Atlantic City ya que ESPN, uno de los grandes socios televisivos de la Liga, es propiedad de Disney. La cadena televisiva paga anualmente cerca de 1.400 millones de dólares por transmitir la liga.

En el complejo existe un gran centro de producción de ESPN, por lo que cuenta con todas las facilidades para transmitir los partidos y, además, da respuesta a las preocupaciones de las autoridades de la NBA, obsesionada con jugar en una sede única para evitar traslados y problemas logísticos en medio de la pandemia.

El complejo cuenta con 18 hoteles y 24.000 habitaciones para jugadores, entrenadores, staff ejecutivo y toda persona ligada a la competición. Dos de ellos, Disney's Art of Animation Resort y el Disney's Pop Century Resort están en las proximidades del ESPN Wide World of Sports Complex, permitiendo así también a los jugadores cierta movilidad y acceso a multitud de restaurantes, suficientes para una comitiva estimada de 70 personas por cada equipo.

También tiene otros entretenimientos extras, como campos de golf, a los que podrán ir los jugadores guardando la distancia de seguridad.

La elección de Walt Disney World, según los analistas, resultó la más beneficiosa para todos. En principio porque esto ayudará a revitalizar las arcas de la Liga, ya que de no reiniciarse las pérdidas derivadas de no completar la temporada regular ni jugar los playoffs ascenderían a 1.000 millones de dólares.

Por otra parte, ESPN vuelve a transmitir los partidos para rentabilizar su millonaria inversión, no sólo por lo que se refiere a la compra de los derechos, sino también por los 500 millones de dólares que se mueve en publicidad.

Y, finalmente, Disney compensará parte de las pérdidas provocadas por el cierre de los parques, demostrando al mundo que es un lugar seguro para que el turismo.