Es para preocuparse. No solamente por Falabella que, de por sí, es un tema serio, sino porque la coyuntura nacional es la que impulsa a que las empresas piensen en abandonar sus negocios en nuestro país.

Junto con Falabella partiría todo el grupo: Sodimac, la tienda de venta de productos y artículos para la construcción, y la tarjeta CMR que es la que financia parte de las operaciones de compra de los clientes dentro de las unidades comerciales del holding.

Y la decisión parece que va en serio. Desde ayer, el banco de inversión Columbus Merchant Banking tiene un mandato para encontrar un "novio" para el negocio que alguna vez supo ser muy rentable, y hoy parece que no alcanza a dar tantos bríos en las alturas de la prosperidad comercial.

Nada de esto es habladuría, hay un comunicado oficial de la empresa que dice así: "Falabella se encuentra evaluando opciones de rentabilización de las operaciones de sus filiales en Argentina, las que podrían incluir el ingreso de un socio estratégico para las mismas. Por otra parte, la pandemia aceleró el proceso de digitalización del retail y ha afectado sus resultados. Para adaptarse a esta nueva tendencia y hacer sustentable la operación en el tiempo, Falabella y Sodimac han determinado cerrar cuatro de sus tiendas en Buenos Aires en los próximos meses. Las tiendas son: dos Sodimac ubicadas en Villa Tesei y Malvinas Argentinas y dos Falabella, Florida 343 y Tortugas Open Mall".

La Argentina tiene que recuperar la posibilidad de ser atractiva para la inversión. No solamente de las empresas extranjeras sino también de las nacionales. Porque de lo contrario se quedará sin dadores de empleo real y deberá acudir cada vez más al Estado, que de por sí no está tan bien posicionado para hacer frente a este contexto imperante.