Cuando lo que se trata de hacer es fomentar la actividad económica, toda intermediación que se coloque solo genera un aumento de precios sobre el bien en cuestión.

Por eso resulta absurdo que, para acceder al beneficio del 50% de reintegro en la contratación de servicios turísticos que plantea el plan Previaje, los vecinos de Mar del Plata tengan que pasar por una agencia de viajes y turismos, pagar un sobreprecio del 15% en concepto de comisión, para luego tener derecho al reintegro que puede ser usado en otros servicios turísticos.

Pero no por absurde deja de ser cierto. Hasta los propietarios de los balnearios pidieron que se les explique cómo sería la situación, porque ellos tampoco la entendían.

Claro que esto aleja a la gente de la posibilidad de alquilar y lograr el reintegro, pero lo peor es que genera desconfianza en la calidad de los programas de descuentos que se diseñaron para estimular el consumo y promover la reactivación.

Queda claro, así, que si un marplatense le paga a una agencia un 15% más de lo que vale la carpa podría haber pagado esa tarifa en el balneario. Entonces, o el balneario perdió la posibilidad de obtener una rentabilidad mayor cuando el mercado convalidaba el precio, o la gente no está en su sano juicio y paga de más por un servicio que no lo vale.

De cualquier manera, la situación es absurda y compleja.