Porque la suspensión a principios de la semana del servicio que allí se presta generó una catarata de reclamos de parte de usuarios, que tenían fecha para realizar el control en dicho lugar, y que no pudieron cumplimentar el trámite.

Esta situación colocó a cientos de personas en la difícil postura de no tener que circular con su vehículo, por tener la VTV vencida. O lo que es peor, circular de todas maneras, a riesgo de ser infraccionados.

La detección de un vehículo circulando sin VTV es puntapié para retención del carnet habilitante para conducir, pero también podría generar que, ante un accidente, las compañías aseguradoras aduzcan la impericia del conductor por no contar con la verificación correspondiente.

Sin embargo, hay quienes dicen que las compañías aseguradoras no pueden aducir dicho faltante para no pagar un siniestro. De todas maneras, nadie quiere atravesar por esa cuestión para comprobarlo.

Lo real es que, en la actualidad, los automovilistas quedan sujetos a largas filas de espera para poder hacer el trámite en la otra boca que tiene VTV en Mar del Plata, en la sede del ACA de Salta y Saavedra, generando grandes pérdidas para quienes tenían todo previsto en función de tiempos y necesidades laborales, comerciales o profesionales que les impide acudir al lugar.

Debería el gobierno de la provincia de Buenos Aires extender, vía un decreto del gobernador Axel Kicillof, el plazo de vigencia de las verificaciones vencidas hasta tanto se solucione la situación del galpón de Batán y que los propietarios de los autos por verificar puedan realizar el trámite de manera normal y ordenada.

La situación ajena al automovilista amerita una mirada compasiva del Estado y toda la rapidez del concesionario para solucionar el problema. Lo que no puede pasar es que dicho problema sea una carga gravosa para los contribuyentes que nada tienen que ver con el contexto.