Sin colectivos, Mar del Plata se ve en medio de una intensa disputa real de intereses de las tres partes visibles que tiene el conflicto: los trabajadores, los empresarios y el Estado -en representación de los vecinos-.

Desde el sábado, la ciudad perdió el servicio de transporte urbano de pasajeros, luego de que se desatara una pelea entre choferes. De un lado, el sindicato. Del otro, un grupo de trabajadores que no acatan las decisiones que toma la conducción gremial de la UTA. Esta situación se dio, también, en otros lugares del país, como en Capital Federal.

La pelea que se visualiza es un reclamo de pago de sueldo para los empleados de las líneas interurbanas. La facción disidente asegura que esos trabajadores no cobran desde marzo y responsabilizan al gremio de no accionar para que 120 choferes puedan percibir sus salarios en el actual contexto de cuarentena.

Los empresarios, por su parte, han reclamado a la comuna un aumento del precio del boleto, para llevarlo de 25 pesos a 42 por cada viaje. Sin embargo, no tuvieron respuesta de parte de la Municipalidad.

El Ejecutivo hizo un pedido al Gobierno nacional de mayores subsidios para el sistema. El reclamo fue elevado junto a otras comunas que se encuentran en la misma situación que la nuestra. Pero no hubo devolución afirmativa de parte del Gobierno, todavía.

Mientras todo esto sucede y las partes abren canales de diálogo para encontrar una alternativa que devuelva el servicio a la ciudad, miles de usuarios están impedidos de viajar a sus lugares de trabajo.