La nueva cuarentena, ahora con un plazo para su evaluación de 21 días, que fuera anunciada el jueves por la noche por el Presidente Alberto Fernández, pone al país en -al menos- dos supuestas velocidades.

Un 85 por ciento de la Argentina podría decirse que iría más rápido, con mayor apertura en algunas actividades sociales. Es en las provincias y ciudades donde no hay circulación comunitaria del virus. El resto, donde cae la Ciudad de Buenos Aires y el conurbano, podría decirse que estarían en una velocidad menor, con pocos cambios respecto del estatus de las últimas semanas.

Pero no hay que olvidar una cosa que es vital, y es que la fortaleza de una cadena es equivalente a la fortaleza del más débil de sus eslabones. Ergo, si el interior del país está flexibilizado pero el centro comercial e institucional de la Argentina está con mayor rigidez, esto último será lo que se termine imponiendo.

Al parecer, los anuncios de las últimas horas son más para la tribuna que otra cosa. Todos sabemos que el timing nacional está en CABA y que la economía y las actividades industriales de la región metropolitana son las que dirigen los destinos de una Argentina porteñodependiente.

Solo hay que esperar y observar. Los próximos días confirmarán lo que se sostiene en estas líneas.