Desde primera hora de este lunes ha habido una distribución masiva de tapabocas, barbijos y mascarillas en las principales estaciones de metro, tren y ómnibus de España, dado que el uso de mascarillas es obligatorio en el transporte público.

En Italia, donde la pandemia se cobró el saldo más alto del viejo continente, casi cuatro millones y medio de italianos han vuelto al trabajo con una paralela disminución de la restricción de desplazamiento.

Por supuesto, hay controles sanitarios en estaciones como la central de Nápoles, enmarcado en el desconfinamiento y tras el cierre de ese país desde hace dos meses.

Italo Giulivo, responsable de la unidad contra la Covid-19 en Nápoles, explica: "los pasajeros deben ir al puesto de control de la policía para mostrar su itinerario, indicar dónde llevarán a cabo el aislamiento de su hogar, luego deben someterse a la verificación obligatoria de temperatura y una revisión rápida del kit si el médico lo considera necesario".

También hay vida, otra vez, en el centro de Roma, dado que los parques ya están abiertos, las obras reanudadas y hasta los vendedores de flores aparecieron, de nuevo, en el Campo dei Fiori. Es la primera vez que pueden hacerlo desde el 11 de marzo.

Por su parte, en Bélgica se ha reanudado el trabajo en oficinas aunque el gobierno promueve el trabajo desde casa. El uso de mascarillas se ha generalizado en la calle y el transporte público.

Islandia ha reabierto, este lunes, la educación secundaria. Ha habido clases en los institutos de todo el país. También han vuelto a funcionar peluquerías, dentistas y pequeño comercio.